Descubre lo que hay detrás de esta Colonial construcción en la carrera 7 con calle 150 al norte de Bogotá
Orígenes coloniales:
La Hacienda El Cedro, ubicada en la actualmente en localidad de Usaquen en Bogotá, Colombia, ostenta una rica historia que se remonta a la época colonial. Sus inicios se sitúan en el año 1620, cuando el capitán Antonio Díaz Cardozo, uno de los primeros conquistadores que acompañó a Gonzalo Jiménez de Quesada en la fundación de Santafé de Bogotá, recibió la propiedad como merced real en reconocimiento a sus servicios.
El nombre de la hacienda hace referencia a la abundancia de árboles de cedro que poblaban la zona, caracterizando el paisaje natural que rodeaba la propiedad. Díaz Cardozo se dedicó a la agricultura y la ganadería, sentando las bases para una próspera hacienda que se convertiría en un referente en la región.
De ahí que a esta parte de Bogotá se llame Cedritos, que viene de Cedro.
Lo que conocemos hoy como la gran ciudad de Bogotá, en los tiempos la colonia fue dividido en 17 grandes haciendas que fueron dadas en propiedad a los españoles.
La hacienda el Cedro en sus inicios comprendía desde la calle 127 hasta el limite norte de Bogotá y desde lo que hoy es la Avenida Boyacá hasta los cerros orientales, para los que conocen la ciudad entenderán que era un área muy grande de cientos de cuadras y calles.
Un legado familiar:
A lo largo de los siglos, la Hacienda El Cedro pasó por varias manos, siendo heredada por diferentes familias prominentes de la sociedad bogotana. Entre sus propietarios más notables se encuentra la familia Samaniego, quienes adquirieron la propiedad en 1791. Bajo su administración, la hacienda experimentó un notable crecimiento y desarrollo, consolidándose como una de las haciendas más importantes de la sabana de Bogotá.
Francisco de Paula Santander: Un ilustre residente
Sin duda alguna, uno de los capítulos más destacados en la historia de la Hacienda El Cedro es su estrecha relación con el General Francisco de Paula Santander, prócer de la independencia colombiana y vicepresidente de la Gran Colombia. En 1821, tras la victoria en la Batalla de Boyacá, Santander adquirió la propiedad, convirtiéndola en su residencia habitual durante los siguientes años.
La hacienda fue testigo de importantes eventos históricos durante la época de Santander, incluyendo la organización de campañas militares, reuniones con líderes políticos y la redacción de documentos oficiales. De hecho, se dice que el prócer escribió gran parte de sus memorias dentro de las paredes de la hacienda.
En la hacienda el cedro esta el Museo Francisco de Paula Santander.
Un patrimonio cultural invaluable:
Tras la muerte de Santander en 1841, la Hacienda El Cedro pasó a manos de sus descendientes, quienes la conservaron durante varias décadas. Sin embargo, a principios del siglo XX, la propiedad comenzó a sufrir un proceso de deterioro y abandono.
En 1954, la hacienda fue adquirida por el Banco de la República, quien emprendió un ambicioso proyecto de restauración para preservar este invaluable patrimonio cultural. Las obras de restauración se extendieron por varios años e incluyeron la recuperación de la arquitectura original, la conservación de jardines y zonas verdes, y la adecuación de espacios para eventos culturales y educativos.
Con el paso de los años y de diferentes dueños, también a causa de los planes de ordenamiento territorial para una ciudad que creció aceleradamente, la hacienda fue disminuyendo su gran tamaño, la antigua hacienda dio paso dos localidades, Suba y Usaquen, con cientos de barrios, avenidas, edificios, colegios, miles y miles de familias viven y trabajan hoy día en que hace más de 400 años fue de un solo dueño y en lo que siglos atrás fueran hermosos campos llenos de árboles de Cedro y cultivos.
Actualmente la hacienda el Cedro se reduce a un pequeño lote con un par de construcciones que con gran esfuerzo se han conservado para que puedan contar su historia a las personas del presente y el futuro.
Un espacio para la cultura y la historia:
En la actualidad, la Hacienda El Cedro funciona como un centro cultural y museo, abierto al público para visitas guiadas, eventos culturales y educativos, y alquiler de espacios para eventos especiales. Los visitantes pueden recorrer la hacienda y admirar su arquitectura colonial, conocer la historia del lugar y la vida del General Santander, y disfrutar de diversas actividades culturales como conciertos, exposiciones y talleres.
La Hacienda El Cedro se erige como un símbolo de la historia y la cultura de Bogotá, un lugar que invita a un viaje en el tiempo para revivir el pasado y apreciar la riqueza patrimonial de la ciudad.
Más allá de la historia:
En La Hacienda El Cedro actualmente también se realizan bodas y eventos sociales, las parejas se casan allí tiene un verdadero lujo al hacerlo.
Un lugar para todos:
La Hacienda El Cedro es un espacio ideal para personas de todas las edades e intereses. Familias, parejas, amigos y grupos de estudiantes pueden disfrutar de una experiencia cultural enriquecedora en un entorno natural y tranquilo.
Un legado para las futuras generaciones:
La Hacienda El Cedro representa un importante legado histórico y cultural para Bogotá y Colombia. Su preservación y difusión son esenciales para mantener viva la memoria del pasado y fortalecer la identidad cultural de las futuras generaciones.
El siguiente vídeo acerca de la Hacienda el Cedro fue publicado por el historiador Colombiano Javier Hernandez y también fue transmitido en el Canal Teleamiga.